50 años de la llegada del hombre a la luna
El periódico HOY publica un artículo muy interesante sobre cómo vivieron la llegada del hombre a la luna extremeños apasionados por la astronomía cuando se cumplen 50 años de esta hazaña.
Os dejamos el enlace y un extracto del mismo:
https://www.hoy.es/extremadura/amantes-luna-20190713213605-nt.html
[…] El hecho fue visto por unos 560 millones de telespectadores, la quinta parte de la población mundial por entonces. En España había alrededor de tres millones de televisores. Uno de ellos estaba en la casa de Gabino Muriel, otro de los extremeños que más sabe de astronomía en la región. «Tenía doce años y ese fue el único momento en el que fui sonámbulo en mi vida. Al menos que yo recuerde», comenta entre risas. «Esa noche me desperté para verlo y mi madre me contaba que me levanté para encender la televisión y ver si había empezado. Al darme cuenta de que no, volví a acostarme hasta que comenzó. Lo recuerdo con muchísima expectación. La tecnología no había llegado a España y eso era una ventana abierta a otro mundo. Afortunadamente muchas de esas expectativas se han cumplido», relata Muriel.
Él está al frente de la sección de Ciencias Físicas y Naturales del Ateneo de Cáceres, que al igual que la sección de astronomía del Ateneo de Badajoz, realiza charlas relacionadas con el universo. Durante el mes de julio están llevando a cabo actividades sobre la historia del alunizaje. El pasado 8 de julio proyectaron un documental sobre ello y este lunes impartirán una conferencia sobre el futuro de la Luna en las próximas tres décadas. «Todo lo relacionado con esa misión interesa mucho a los ciudadanos», añade Gabino.
De ello es muy consciente José Luis Quiñones, un ingeniero navarro que vive en Higuera la Real desde hace 26 años. «Siempre me llamó la atención el mundo de la ciencia. Cuando llegué a Extremadura y descubrí las condiciones tan óptimas que tiene esta comunidad autónoma se despertó en mí la pasión por la astronomía. Soy un cazador de galaxias. Están a tantos millones de años luz que capturarlas es todo un reto. Sin embargo, la Luna es lo que más le gusta a la gente. Cuando la proyectamos a tres metros de diámetro les impresiona. Los hay que incluso lloran de emoción al verla por el telescopio», confiesa Quiñones antes de explicar su relación con el cielo.
Empezó leyendo muchos libros sobre este tema y pertenecía a varios grupos de astronomía. Luego se compró un telescopio. En concreto, un Meade de diez pulgadas robotizado. Le costó 5.000 euros y lo instaló en su terraza. «Todos los días subía y empecé a hacer videoastronomía, es decir, proyectar en tiempo real con una cámara de vídeo para ver en directo elementos que el ojo humano no puede ver. Cada noche era una hora de montaje y otra de desmontaje y varias de visualización, hasta que me construí en mi casa mi propio observatorio. Vi que funcionó bien y decidí hacerlo de manera más profesional», detalla Quiñones.
Así nació ‘Entre encinas y estrellas’, un proyecto ubicado en el término municipal de Fregenal de la Sierra que se ha convertido en el primer complejo astronómico de observatorios ‘hosting’ de Europa, es decir, un espacio en el que una persona puede alojar su telescopio y controlarlo remotamente desde cualquier rincón del mundo. Actualmente están ubicados allí un total de 67 de 17 países diferentes entre los que se encuentran Rusia, Emiratos Árabes, Alemania, Francia o Finlandia. «Tenemos que devolver a Extremadura todo lo que nos ha dado y podemos ser pioneros en astroturismo», destaca Quiñones
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